El BYD Dolphin Surf se prepara para Europa: eléctrico, urbano y por menos de 20.000 euros

BYD tiene clara su hoja de ruta para conquistar Europa: ofrecer un coche eléctrico para cada segmento. La firma china, que ya ha dejado su sello en el mercado de los SUV y las berlinas, ahora quiere apuntar directamente a la base de la pirámide: los coches urbanos. Y lo hará con el BYD Dolphin Surf, una propuesta que promete poner nerviosos a sus competidores por su relación calidad-precio y que se situará por debajo de la barrera psicológica de los 20.000 euros.

Ese es, precisamente, el umbral que muchas marcas se están marcando como imprescindible para atraer a los conductores que todavía no han dado el salto al coche eléctrico. Hoy por hoy, en España apenas dos modelos se venden por debajo de esa cifra sin contar promociones ni ayudas públicas: el Dacia Spring y el Leapmotor T03. A ellos se sumará en los próximos meses el Dolphin Surf, que, si se cumplen los pronósticos, lo hará con mejores argumentos en equipamiento, autonomía y acabados.

Un eléctrico pequeño, pero sin renunciar a la calidad

Aunque en su país de origen es conocido como Seagull, BYD ha decidido que su versión europea lleve el nombre de Dolphin Surf, dentro de la familia de nombres marinos que ya utiliza en el resto de la gama. Pero, más allá del nombre, el coche llega a Europa tras una profunda actualización respecto a los modelos que se venden en China, algo que juega a favor del consumidor europeo.

Con 3,8 metros de largo, el Dolphin Surf se moverá como pez en el agua en ciudad, aunque BYD asegura que su interior es espacioso y cómodo para cuatro adultos. Algo que no siempre se puede decir de los modelos que compiten en el segmento de los urbanos eléctricos de bajo coste. Y si a eso le sumamos un nivel de equipamiento más que razonable, con pantallas, asistentes a la conducción y materiales cuidados, el cóctel promete.

Prestaciones y autonomía: ¿qué esperar?

En China, el Seagull se ofrece con potencias que rondan los 74 caballos, suficiente para un coche que busca moverse en entornos urbanos sin demasiadas pretensiones. La batería que equipa es de 38,9 kWh, una química LFP (litio-ferrofosfato) de bajo coste, alta durabilidad y buena resistencia al calor, una de las especialidades de BYD. Con este paquete, el coche homologa en ciclo CLTC hasta 405 kilómetros de autonomía, aunque es previsible que la cifra oficial europea, tras pasar por el exigente ciclo WLTP, se quede en el entorno de los 280 a 300 kilómetros. Aún así, será una cifra superior a la de sus rivales más inmediatos: 265 km en el caso del Leapmotor T03 y 228 km del Dacia Spring.

Es cierto que la potencia y la batería lo sitúan en la franja más básica del mercado, pero el precio es el que manda. Y aquí BYD parece estar dispuesta a pisar fuerte.

Equipamiento tecnológico de última generación

Uno de los aspectos más llamativos de este nuevo Dolphin Surf es su equipamiento en ayudas a la conducción. BYD incorporará en Europa su sistema God’s Eye, una plataforma de asistencia semiautónoma que incluye sensores y cámaras dignos de vehículos de segmentos superiores. En su versión básica, el sistema cuenta con 12 sensores ultrasónicos, 12 cámaras y 5 radares de ondas milimétricas, que le permitirán ofrecer asistencia en autopista y funciones avanzadas de seguridad activa.

Eso sí, en el entorno urbano, que será su terreno natural, las ayudas se centrarán en facilitar la circulación y el aparcamiento, aunque no se espera que cuente con una conducción semiautónoma completa para ciudad.

Un año clave para BYD en Europa

2025 será un año decisivo para BYD. La marca ha pisado el acelerador y no parece dispuesta a levantar el pie. Tras el lanzamiento del SEALION 7, el Dolphin Surf busca consolidar la imagen de BYD como un fabricante que ofrece tecnología avanzada a precios ajustados.

En Europa, la presión para reducir las emisiones y cumplir los objetivos climáticos hace que el mercado de los eléctricos asequibles se vuelva estratégico. El Dolphin Surf podría ser el modelo que permita a muchos dar el salto al coche eléctrico sin hipotecarse. Y si BYD consigue mantener el precio por debajo de esos 20.000 euros sin necesidad de ayudas, será un duro rival para los fabricantes europeos que aún no han conseguido competir en esa franja de precio.

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