Un Tesla Model 3 ha sido vandalizado en Barcelona, en lo que se considera el primer ataque de este tipo registrado en España. La imagen del vehículo, con pintadas y daños en la carrocería, ha circulado rápidamente por redes sociales, generando una oleada de reacciones entre defensores y detractores de la marca y, sobre todo, de su fundador, Elon Musk.
El incidente se produce en un contexto de creciente descontento hacia Musk, quien en los últimos meses ha acaparado titulares por su cercanía política con figuras controvertidas como el expresidente estadounidense Donald Trump. Además, la fuerte caída en bolsa de las acciones de Tesla, que acumulan un descenso cercano al 25% en lo que va de año, ha alimentado el debate sobre el futuro de la compañía y el liderazgo de Musk. Aunque los actos vandálicos contra coches Tesla no son nuevos a nivel internacional, es la primera vez que se registra un caso en España, un país donde la marca goza todavía de una imagen bastante positiva.
En Florida, hace apenas unos meses, un grupo de activistas destrozó 34 unidades del nuevo Tesla Cybertruck en un concesionario, dejando mensajes en los que acusaban a Musk de «explotador» y «cómplice del colapso climático». Aquellos ataques formaban parte de un movimiento internacional de protesta que, hasta ahora, no había tenido eco en nuestro país.
La reacción en redes sociales al caso de Barcelona no se ha hecho esperar. Algunos usuarios han criticado la falta de lógica de quienes deciden atacar vehículos particulares, cuyos dueños no tienen ninguna relación directa con Musk ni con la dirección de Tesla. «No tiene sentido alguno hacerlo contra particulares, que lo hagan en concesionarios de Tesla. Así lo paga la marca y no perjudican a quien no quieren perjudicar», comentaba un usuario en X (antes Twitter).
Otro internauta ironizaba sobre la «lógica» de estos actos: “Me sorprende realmente que semejante espécimen, que considera que esta persona aleatoria que tiene un Tesla es responsable de las acciones de Elon Musk, sea capaz de juntar correctamente y en el orden apropiado las letras”. Esta reflexión recoge el sentir de buena parte de los usuarios que, sin compartir el modelo de negocio o las ideas de Musk, defienden a los propietarios de Tesla como «víctimas colaterales» de una polémica que no les corresponde.
Sin embargo, algunos propietarios de Tesla también han aprovechado el incidente para expresar su distanciamiento de la figura de Musk. Un conductor de un Model 3 Long Range, que prefiere mantenerse en el anonimato, asegura que si tuviera que comprar hoy, probablemente apostaría por otra marca: “No me da vergüenza llevarlo, es un coche estupendo. Pero ahora no lo compraría. Aunque fuera peor, apostaría por otro eléctrico solo por no apoyar a Musk”.
En el sector se percibe una creciente polarización. Aunque las ventas de Tesla en España siguen siendo sólidas —en 2024 se han matriculado más de 5.000 unidades, con el Model Y a la cabeza—, algunos concesionarios y expertos del mercado señalan un cambio de tendencia. Marcas como BYD o Hyundai, que ofrecen alternativas eléctricas competitivas y sin la carga ideológica que arrastra Tesla, están ganando terreno.
El incidente en Barcelona podría ser un caso aislado o el inicio de una escalada que ya se ha vivido en otros países. Lo cierto es que la figura de Musk sigue generando adhesiones y rechazos viscerales, y ahora son los propietarios de Tesla quienes, en algunos casos, empiezan a notar las consecuencias de esa división.