La compañía de Elon Musk refuerza su apuesta por la robótica en medio de la desaceleración de su negocio de vehículos eléctricos.
Tesla no solo quiere liderar la industria de los coches eléctricos, sino que también aspira a revolucionar el mercado de la robótica con su humanoide Optimus. La empresa ha abierto nuevas vacantes en su fábrica de Fremont, California, para reforzar la producción de este robot, que Musk ha descrito como un pilar clave en el futuro de la compañía. El movimiento llega en un momento en el que Tesla enfrenta una desaceleración en la demanda de sus vehículos eléctricos (EV), especialmente en Norteamérica y Europa, y una creciente competencia de fabricantes chinos.
Nuevas contrataciones para acelerar Optimus
Según la página de empleo de Tesla, hay al menos 12 posiciones abiertas en Fremont relacionadas con el desarrollo del Tesla Bot, el nombre oficial del robot humanoide. Las vacantes incluyen técnicos de ingeniería de fabricación, gerentes de producción y supervisores de procesos, lo que sugiere que Tesla se está preparando para una fase más avanzada de desarrollo y potencial producción en serie.
Este impulso en la contratación llega pocos días después de que Elon Musk hiciera declaraciones ambiciosas sobre Optimus, asegurando que el robot podría generar hasta 10 billones de dólares en ingresos a largo plazo. Además, el CEO afirmó que Tesla podría fabricar hasta 10.000 unidades en 2025 y comenzar a entregarlas a empresas en la segunda mitad de 2026.
¿Un robot por 20.000 dólares?
Musk también aseguró que, con una producción a gran escala de un millón de unidades al año, el Optimus podría alcanzar un costo de tan solo 20.000 dólares por unidad. Sin embargo, no ofreció un plazo claro para lograr este hito.
El robot, que ha sido presentado en varias ocasiones, ha generado tanto expectación como escepticismo. En un evento del año pasado, Tesla mostró un prototipo en funcionamiento, pero recibió críticas por supuestamente exagerar sus capacidades autónomas.
Tesla busca diversificar su negocio
La fuerte apuesta por la robótica llega en un momento clave para Tesla. Su negocio principal, los vehículos eléctricos, enfrenta un crecimiento más lento en mercados clave como EE.UU. y Europa, donde los incentivos gubernamentales han disminuido y la competencia se ha intensificado. Al mismo tiempo, fabricantes chinos como BYD han ganado terreno con modelos más asequibles y una mayor penetración en el mercado global.
Musk ha señalado en repetidas ocasiones que el futuro de Tesla dependerá de la inteligencia artificial y la autonomía, dos áreas donde la empresa ha invertido fuertemente, no solo en robótica, sino también en conducción autónoma y redes neuronales.
Si Tesla logra convertir a Optimus en un producto comercialmente viable, podría abrir un nuevo mercado multimillonario, en el que la automatización del trabajo físico en fábricas, almacenes y otros sectores podría transformar la industria. Sin embargo, el camino hacia un robot funcional, accesible y realmente autónomo sigue lleno de desafíos técnicos y financieros.